Grabaciones musicales. La filosofía del Técnico de Sonido
El trabajo de un Técnico de Sonido de sala no siempre es una ciencia exacta. Detrás de todo gran avance y sonido nuevo descubierto siempre hay mucho tiempo de investigación, probar cosas nuevas y fallar en la grabación musical en estudio. Nuestro profesor Javier García lleva años participando en la producción musical de estudio como técnico de sonido y en este artículo nos cuenta cuál es su filosofía de trabajo y algunas de sus técnicas y prácticas favoritas.
Existen reglas sobre cómo se debe grabar y está bien conocer la teoría, sobre todo, para saltarse las normas y hacer las cosas de forma diferente; “si quieres un sonido distinto, graba de forma distinta”.
Un buen ejemplo es Geoff Emerick. Él un día pensó: -un micrófono funciona de la misma manera que lo hace un altavoz. ¿Y si usáramos un altavoz a modo de micrófono?-. Y eso hizo, cogió una NS10, seguramente desahuciada por tener el tweeter roto, la puso frente al bombo de la batería y conectó el altavoz a un previo. El resultado fue tal y como había pensado, un sonido con un grave mucho más profundo, totalmente distinto y original. Un producto que, posteriormente, Yamaha comercializará con el nombre de subkick.
Otra técnica para conseguir un sonido más profundo del bombo es, por ejemplo, el de situar otro bombo a continuación del que se está usando en la batería. Preferiblemente uno de mayor diámetro para hacerlo resonar en una frecuencia menor. Al golpear la maza sobre el parche delantero del bombo“A”, este genera un flujo de aire que incide sobre el bombo“B”,sonando por simpatía. Podemos, de igual modo, sintonizar este segundo bombo cambiando su afinación para conseguir que resuene a la frecuencia deseada.
Necesitamos capturar tanto el sonido del bombo “A” como el del “B” y hacerlo de forma independiente. Para ello colocaremos un micrófono en la posición normal del bombo “A” y otro en el parche trasero del “B”. Este segundo micrófono, preferiblemente de condensador de diafragma grande, para recoger mejor la bajas frecuencias que en este punto son de menor intensidad.
Otra cosa que siempre me ha gustado, es la re-amplificación, bastante usada en guitarras, pero también aplicable a otros instrumentos, por ejemplo, para recrear el sonido de la bordonera de la caja. La técnica es la misma: para ello colocamos en la sala un altavoz para reproducir el sonido de caja previamente grabado. De forma contrapuesta, colocamos la caja que vamos a utilizar. La disponemos de forma tal, que el parche donde se golpea quede junto al altavoz, que ahora se convierte en nuestro baterista, reproduciendo el sonido de caja grabado. Y en el parche donde se encuentra la bordonera, quede dispuesto un micrófono que capture el sonido. Bien para obtener el sonido de la caja de abajo que no teníamos o para sustituirlo.
Siguiendo esta misma técnica podemos recrear el ambiente de nuestra sala de grabación re-produciendo un sonido previamente grabado. Por ejemplo, colocamos un par de altavoces en la sala detrás de la batería, en el lugar donde el músico se sienta a tocar. Por estos altavoces reproducimos el sonido de los elementos de la batería. Si son dos altavoces podemos generar una imagen estéreo, en la que usamos solo las pistas que reproducen una señal directa de dichos elementos. Al reproducir las pistas por los altavoces hacemos que los elementos de la batería vibren como lo hacen de forma natural. Es necesario tomar precaución con la vibración de la bordonera que puede resultar excesiva, si fuera necesario podemos dejarla suelta para evitar su vibración. Por último, colocamos un par de micrófonos de ambiente en sala, en la posición que más nos guste, los grabamos y listo, ya podemos incorporar nuestras nuevas pistas de ambiente a las pistas de batería que ya teníamos.
El ritmo de la producción no siempre nos permite dar rienda suelta a nuestra creatividad e imaginación. Saborear la locura del momento es lo que más me apasiona del sonido en estudio. Tener la opción de estudiar e investigar. Resolver la incógnita de los desconocido y, con suerte, descubrir una acústica singular que funcione o que nos muestre aquello que no debemos hacer. Lo desconocido siempre nos hará aprender. Pero recordad una premisa fundamental, da igual cómo ni por qué acabasteis allí, SI ALGO SUENA BIEN, ESTÁ BIEN.
- Javier García