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Exportando en Producción Musical. Formatos según nuestro plan de distribución

La distribución es una parte también muy importante de la Producción Musical, y tiene una serie de características que cualquier productor debería saber a la hora de llevar su música al mundo. Formatos y flujos de datos diferentes según el soporte y la plataforma en la que los movamos. Aquí os explicaremos cuál es la mejor opción dependiendo de dónde queráis distribuir vuestras producciones.

La producción musical no es solo el proceso de creación, no es solo la creatividad. La industria juega un papel muy importante para los productores y puede marcar la diferencia cuando se trata de llevar la música al mundo. Un gran productor musical puede crear auténticas obras de arte, pero puede no saber distribuirla y hacerla llegar al mundo correctamente.

Hoy en día, conocemos los principales canales de distribución de la música, y que el digital ha obtenido un papel importante con las nuevas plataformas como Spotify, Itunes o Tidal. Estas webs ofrecen un servicio tanto de escucha en streaming como de venta de canciones o de álbumes enteros, por eso pasan a formar parte de nuestro modelo de distribución y cualquier productor o músico debería incluirlos en sus planes.

Sin embargo, mucha gente sigue prefiriendo los formatos físicos como el CD y el vinilo por los motivos que sean. A continuación os enseñaremos qué formatos de audio y medios son los más adecuados y óptimos para las distintas plataformas, sean físicas o digitales.

Para los servicios de streaming que hemos mencionado anteriormente, y para la mayoría de ellos, se utilizan archivos WAV de 16 bits a 44.1 KHz. Además, debe ser la versión salida del proceso de mastering, sin alterar ni convertir. Así nos evitamos errores o cambios en la compresión y calidad del archivos. 

Estos archivos se enlazarán a un distribuidor como CD Baby, Tunecore, The Orchard o DistroKid para distribuir tu música por distintas tiendas online de tu elección, así que hay que tener cuidado porque muchos de estos convertirán nuestro audio de WAV a AAC o mp3 y aparecerán efectos de clipping no deseados. Para evitarlo, es conveniente tener en cuenta varios factores, porque el famoso “-0.2dB” de la época del CD no será suficiente.

Con DistroKid, los usuarios pueden subir archivos WAV de gran calidad a 24 bits y un alto rango de muestreo para todos los canales de distribución. Sin embargo, el usuario no controla cual de ellos realizará un cambio a 16 bits y 44.1 KHz por su sistema de distribución y es algo que muchos productores musicales y técnicos de sonido quieren mantener bajo control. Por eso es recomendable subir los archivos ya en 16 bits y 44.1 KHz y evitar cambios en nuestros archivos.

DistroKid acepta archivos mp3 como master y eso no es del todo bueno, porque puede sonar correctamente pero seguramente cambie la calidad del audio al vover a transcodificar el formato del archivo.

El caso de Spotify es algo particular porque su departamento “Spotify para artistas” permite al productor musical subir el tema directamente a la plataforma sin pasar por ningún distribuidor, recomendando subir el archivo en formato FLAC. Sin embargo, la opción de 16 bits y 44.1 KHz sigue siendo la mejor y más realista opción que podemos elegir.

El caso de iTunes es algo particular porque acepta formatos de archivo de cualquier tipo de hasta 24 bits a 96, 88.2, 48 o 44.1 KHz en WAV. Muchos distribuidores están ofreciendo ahora el servicio “masterizado para iTunes” que básicamente prepara tu audio masterizado para ser subido a la plataforma de manera oficial. Son una serie de pequeños ajustes pero son necesarios para que iTunes acepte tu canción y la muestre al resto de usuarios, así que también es importante tenerlo en cuenta.

Bandcamp y Soundcloud son plataformas que aceptan archivos de hasta 24 bits y más de 44.1 KHz, lo que ofrece una buena calidad de archivo al descargarlos. Lo más interesante es que ofrecen a los usuarios descargar tus temas en cualquier tipo de archivo, más o menos comprimidos, que tú hayas subido, pero siempre debes tener encuenta los efectos de clipping al masterizar para evitarlos en la conversión del formato.

Pasando a los formatos físicos, aun se utilizan y de manera muy frecuente por el puritanismo de algunos fans de la música y sobretodo porque la calidad de audio que ofrecen es única. Los CD fueron la revolución más importante en el sonido digital dentro de la producción musical por su carácter portátil y de fácil uso. Tienen su propio formato de archivo específico, llamado DDP o Audio CD-R master, y es la forma más sencilla y útil de trabajar la escritura en CD porque permite a los ingenieros de audio comprobar errores de escritura y reproducir tantas copias como deseen.

En cuanto al vinilo, ya es conocido porque la calidad del sonido que ofrece es sublime. Podemos grabar en vinilo los archivos WAV antes de masterizar incluso y sonará realmente bien, aunque los vinilos requieren una preparación especial que no todos los técnicos de sonido e ingenieros de audio pueden conseguir. El proceso de grabado sobre el material del vinilo es complejo, por eso se usan marcas para ciertas partes especiales. 

Es similar en el cassette, que podía contener archivos WAV de 16 bits y muestreo de 44.1 KHz. Para los cassettes en concreto se envían archivos WAV separados para cada lado de lado de la cinta, lo que evita variaciones en el espacio y el tiempo. Además, se incluye un “cue sheet” con la información de todas las pistas.