SchoolTraining

Cómo crear profundidad y espacio en la mezcla

La clave de una buena mezcla es poder reconocer el espacio entre los instrumentos e identificarlos individualmente. Un técnico de sonido profesional sabe cómo crear ese espacio usando las técnicas específicas para cada eje espacial. En este artículo, os explicaremos cómo se hace concretamente para darle esa fuerza y punto interesante a tus canciones.

En el anterior artículo de Producción Musical os hablamos sobre los tres ejes en la mezcla de audio y cómo esos tres ejes dibujan el espacio tridimensional de nuestras pistas. Pero un técnico de sonido profesional es el que puede crear un espacio sonoro utilizando varias técnicas. 

La clave de una buena mezcla es crear una cierta separación entre cada instrumento. La mayoría de instrumentos no ocupan un solo rango de frecuencias porque tienen colas y distintos factores en su sonido que afectan al espacio sonoro, lo que hace que se pisen unas con otras y nuestra mezcla pierda definición. Pero este error se puede arreglar si sabes cómo trabajar sobre los tres ejes con las técnicas adecuadas, y separar correctamente cada instrumento.

 

Uno de las formas más efectivas de solventar un problema de superposición de frecuencias es aplicar arreglos a la pista y mover uno de los instrumentos. Por ejemplo, si estás intentando separar dos guitarras, aumentando o bajando el volumen de una de ellas una octava puedes conseguir darles separación.

En algunos casos, no será tan fácil y no tendrás la oportunidad de grabar de nuevo, o como ocurre al mezclar baterías que que no podrás separar los instrumentos con el pitch. Lo único que podrás hacer es continuar y buscar otro método para crear espacio.

El nivel de una pista tiene una consecuencia directa y muy fuerte sobre cómo percibimos la profundidad de esta. Cuanto más alto suene algo, más cercano nos parecerá. Esto es muy útil con las automatizaciones, para traer un instrumento al frente o llevar otros más atrás y cambiar la presencia de unos respecto a los otros.

Como ya hemos comentado alguna vez, en la música entra en juego el factor tiempo y podemos utilizarlo para dar importancia a diferentes pistas en distintas partes de la canción. Por ejemplo, subiendo la guitarra durante el solo o las baterías en ciertas partes de relleno.

El paneo es también una poderosa herramienta de creación de espacio sonoro. Puede parecer contraproducente, pero la mejor forma de conseguir el paneo perfecto es mezclar en mono. Esto es porque panear en estéreo tiene una fuerte repercusión en la mezcla mono.

Sin embargo, si conseguimos un buen espacio al mezclar en mono, sonará bien en estéreo. Aunque es recomendable comprobarlo de vez en cuando, para que suene bien no es imprescindible hacerlo así siempre. Cuando dos instrumentos abarcan el mismo rango de frecuencias, podemos probar a panear ambos a lados opuestos de la mezcla, creando así una separación en canciones que tienen mucho contenido de guitarras, teclados y vientos-metal.

 

La EQ es una de las técnicas más empleadas para corregir la superposición de instrumentos. Gracias a ella podemos encasillar un instrumento en un espacio concreto. Lo más común es empezar por los filtros de paso alto para eliminar las colas no deseadas, en la percusión, por ejemplo, cuando el bombo y el bajo suenan muy potentes, se utiliza un corte a 60Hz que crea espacio para el bajo. Y lo mismo ocurre para las guitarras con un filtro de paso bajo.

Con la EQ, el trabajo es básicamente cortar aquellas frecuencias problemáticas y dejar espacio entre instrumentos. Pero solo la práctica hace al maestro y en este caso, es muy importante identificar las frecuencias exactas para dar los cortes adecuados y aplicar los filtros.

Cuando queremos controlar la profundidad, lo haremos manejando los tres factores que son volumen, brillo y ambiente. Ya sabemos que cuanto más alto suene un instrumento más cercano nos parecerá, con esta técnica podemos situarlos en distintos planos y diferenciarlos unos de otros, dándole más o menos importancia en la mezcla.